¿Y quien es nadie?

Sigo sumida en mis pensamientos, mis cavilaciones y torturas internas.
Seguía teniendo la misma sensación que antes, me invadía por completo... esa sensación de que algo va a ir mal. Sin embargo me recorría una brisa esperanza, y es que la verdad… no podía ir peor, pero no. Si algo tiene que salir mal, saldrá mal. Es todo un trece, un círculo vicioso que se va estrechando con cada “tic-tac”, un círculo en el que me adentro más y más a cada día que pasa. Y si yo pudiera elegir... si fuese tan fácil como desenchufarse, dejar de sentir, de vivir, poner un punto y acabar con todo, solo decir adiós. Y no.
Mi felicidad solo vive a base de olvido, de olvidar sin querer olvidar, de pura y dura contradicción. Porque hay que seguir, aunque una no quiera hay que seguir; porque es de cobardes abandonar en medio del viaje, porque mientras quede una salida nada esta perdido. Pero… ¿Quién no ha querido largarse nunca? y ¿Quién no ha llorado alguna vez? –Nadie.
¿Y quien es nadie?