20 de novembre, 2009

Insolación.


"Vivo entre los árboles, amándoles, soy parte del entorno, como gnomos, duendes, animales que duermen en su lomo, conozco a todos; todas sus historias. Yo les cuento mis canciones si me llega la memoria, y no hay horas, dólares, collares; valoran la flora, igual que las personas que afloran, les van a enamorar..y aquí me quedo. Es lo que quiero, desde luego es mi lugar: entre mis sueños y el empeño de jamás despertar. (...) Pero tengo un ángel en el hombro follando con un demonio y yo miro para evadirme, para olvidarme de esto; de un globo del mundo transformado en estercolero, donde el malo siempre esta primero, donde la luna no os cuenta nada de nada. Mira al cielo como un lobo en un valle habitado por hadas y por lágrimas que se convirtieron en ángeles. Por hablar más me sentí bien, sin ti me sentí... en cárceles.
-Va bien no crees?
-Si las cosas cambian bastante..
..y el diamante en bruto no es más que una cárcel sin alambre, las princesas en las torres tiran largas cabelleras pero en la realidad.. princesas se tiran y acaban muertas. (...) "

de 2karas.

17 de novembre, 2009

Dormirse no es soñar, para BRILLAN ALAS DE PLATA.

¿Y que son los sueños? ¿Pedacitos de ambición quizás? ¿Y entonces las ambiciones son sueños?
Que un sueño no es nada más que nuestra realidad distorsionada, cortada en trocitos a modo de ajedrez aunque sin posibilidad de mover los peones a nuestra disposición.
Los sueños, como realidades incumplidas, como metas todavía lejanas y verdades vacías de razón; estos son los que alimentan los deseos de seguir andando por la misma vereda todos los días, la cuerda a la que aferrarse cuando al suelo le da por temblar, la misma que nos oculta la palabra “en vano” y nos protege de aquellas que taladran el aire… ¡Si, eso son sueños! y nunca, y digo nunca hay que subestimarlos. Yo lo hice, y una mañana desperté abrazada a una almohada, no a mi sueño. Porque yo dejé que me los robaran. ¡Por eso nunca hay que dejar de soñar!, ni mucho menos dejar que nos borren los sueños.
Ahora mi única ambición (ya no hablo de sueño) es que al mirarme al espejo el miedo deje de susurrarme al oído, porque esto no es un sueño, y ahora es lo que abraza mi verdad, ya no soy yo quien pone el cascabel al gato.
Sin embargo para los ambiciosos, (no para soñadores) los sueños, sueños son…


Con cariño,
Anna Navarro i Serra.