Ningún valor

Oso;

Esta es tu época de hibernación de la razón, mi cerebro formón solo suena tu canción, esto no es competición, yo, si sigo apedazando un corazón. El tuyo de piedra, el mío de mimbre; marea. Y para que aúllas a una luna que no te sonríe, y porque no buscar a otra, que te espera, fea, pero desea bajarte esa luna y reírse de ella, olvidar toda esa hiedra, mierda, que quien era y quien decía... espera. Que la luna no quema, hiela. Y yo, espero, muero, algo incierto, sueño que te beso y siento que me miento y que inútil resulta decirte el te quiero más sincero; que no llegue este invierno, no.
Niñas tontas, zorras monas, mandas cartas con botes de feromonas y haber si así enamoras.